domingo, 11 de diciembre de 2016

PROYECTO DIARIO DE ORACIÓN


Un deseo
Si nos conformamos con lo tangible, lo rutinario;
si miramos la sombra de nuestros pasos sin alzar la vista al cielo;
si nos resignamos dentro de una jaula
sin aspirar a alzar el vuelo,
la vida será vivida a medias,
nos perderemos tantas cosas que no sabemos...
Hablar con Dios tal vez parezca un absurdo,
pero es la manera de posicionarnos, rebelarnos ante la mediocridad
de un mundo que no sueña,
afirmar que hay Algo más grande que nosotros,
Que apenas acariciamos y aún no vemos,
Pero que está ahí susurrándonos
un deseo, Su deseo, nuestro deseo.

Cuanto más se acerca una persona a Dios, cuanto más consciente es una persona de la presencia de Dios, tanto más motivado y estimulado se siente a expresar aquello que siente a través de un acto de creatividad. Por esto la palabra de Dios nos estimula para que cultivemos la presencia de Dios como un acto que ha de ser intencional y consciente.
Así, cultivamos la presencia de Dios cuando nos conectamos con la Palabra que Él nos ha revelado, cuando compartimos principios de su reino con los demás, cuando cantamos y alabamos a Dios, y cuando oramos.
Vivimos en un mundo que sobrestimula nuestros sentidos de manera que casi “no tenemos tiempo” más que para aquello que satisface nuestras necesidades básicas. Entramos con facilidad en una rutina que nos atrapa con su peso y que nos impide cultivar la presencia de Dios.
Al mismo tiempo la palabra de Dios nos estimula y nos dice que hemos de “orar sin cesar”, practicar la oración como una forma de vivir. Cuanto más sobrestimulados estamos, tanto más necesitamos cultivar la presencia de Dios. Es la única manera para mantener nuestra salud espiritual.
La oración es una manera misteriosa para conectarnos con la dimensión trascendental de la vida, de la existencia, de este mundo. Del otro lado se nos asegura que seremos escuchados cada vez que nos “conectamos” con el más allá. No sólo esto sino que “el más allá” dejará su huella de alguna misteriosa en el “más acá”.
Todos los personajes bíblicos, por activa y por pasiva nos recomiendan la oración. Jesús, nuestro mayor modelo de ser humano, lo demuestra con su ejemplo. Lo que tenemos claro es que hemos de cultivar la oración más que en momentos puntuales. De alguna manera la oración ha de ser una forma de existencia que nos queda todavía por descubrir.
La vida está formada por una serie de acontecimientos que marcan nuestra vida. Cada acontecimiento genera ciertas vivencias: alegría, felicidad, tristeza, depresión, motivación, reflexión, odio, venganza, resignación, etc. Cada vivencia afecta nuestra existencia de una manera u otra. Cada vivencia influye/afecta nuestra espiritualidad, nuestra relación con Dios de una manera u otra.
Hay acontecimientos que estimulan nuestra espiritualidad. Nos acercamos con facilidad a Dios, le hablamos, le cantamos, nos involucramos en actividades espirituales. pero hay otros acontecimientos que nos pone la vida muy difícil.
La novedad que plantean los escritores bíblicos sobre la comunicación con Dios es el hecho de reconocer con sinceridad aquello que nos ocurre y expresarlo en oración. Por esto en la Biblia encontramos muchos ejemplos de estas expresiones (Jacob expresa lo que siente después de soñar la escalera de Jacob; María y las mujeres después de haber cruzado el mar rojo; Ana, después de recibir al bebé Samuel).  
El ejemplo por excelencia es David, que compone salmos después de sus muy 
variadas experiencias. Los salmos son oraciones envueltas en joyas literarias que conviene desgranar. Su variedad temática y vivencial es constatable:
Clasificación temática de los salmos
1. Instrucción:










3. Acción de gracias:

a) Por favores individuales: 18, 30, 34, 116;

        b) Por bienes a la nación: 81 y 85;

c) Alfabeto de gratitud: 119 (gratitud que empieza con cada letra del alfabeto).

4. Vivencias devocionales:

a)            Arrepentimiento 6; 32; 38; 51; 102; 130; 143;

b)      Confianza 3; 23, 27; 31; 46; 56; 62; 86; 


c)       Tribulaciones: 3, 27, 31, 39;  


d)      Desalientos y tristezas: 13, 60, 28, 77; 


e)       Amarguras: 4, 28, 55 y 120; 


f)        Venganza: 58, 109, 137:8-9;


g)      Aspiración: 42; 63; 80; 84; 137;

h)      Recuperación de una depresión espiritual: 73.

5. Recuerdos históricos: 78; 105; 106; 107
.

6. Profecía (salmos mesiánicos) 2; 16; 22; 24; 40; 45; 68; 69; 72; 97; 110; 118.

El salmista entendió, en su acercamiento honesto y sin concesiones, que orar es comunicarse con Dios. La comunicación escrita ejerce un mayor grado de concentración que la comunicación oral; estimula nuestra mente y y nos hace focalizarnos en lo que verdaderamente tenemos en el corazón. A partir de la inspiración de los Salmos, como oraciones escritas, os proponemos un reto creativo, estimulante y que favorezca nuestra comunicación con Dios:

Reto de Diario de oración 
(de aplicación semanal y mensual*)
1. Leer e identificar un estilo de salmos;

2. Componer por lo menos un salmo/oración del mismo estilo;

3. Expresar en el diario de oración todo aquello que sentimos cuando profundizamos en los salmos o cuando escribimos el salmo;

4. Observar qué nos revela sobre Dios cada estilo de salmos;
5. Hacer una puesta en común de nuestros salmos.

Te esperamos en Carrer Urgell 133, todos los viernes a partir de las 18 h. 
A partir de enero, un sábado al mes a las 17 h.
(próximamente publicaremos calendario a partir de Enero)

Si deseas saber todo acerca del PROYECTO BUSCANDO EL ESPEJO, clica aquí.

*Accede a nuestro CALENDARIO 2017 

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